lunes, 15 de febrero de 2010

El Rey, el pacto y los ciudadanos


Ya estamos debatiendo que si el Rey hizo bien o mal en participar en la búsqueda de un pacto de estado para salir de la crisis. Francamente, este debate no es más que una cortina de humo. Si los gobiernos anteriores (tanto del PP como del PSOE) hubiesen hecho las cosas bien, la economía española no se encontraría en esta situación de extrema debilidad. Ambos tuvieron y han tenido múltiples oportunidades para hacer que la economía española no dependiera tanto de la construcción y del turismo y que fuese más productiva. Pero no lo hicieron. Eso, lo primero.
Segundo, si el Gobierno actual estuviera tomando medidas efectivas entonces con toda probabilidad el Rey no hubiera sentido la necesidad (o aceptado la propuesta) de consultar a nadie con respecto a un pacto. Pero el Gobierno anda muy desconcertado. Hace pocos meses presentó un plan para una economía sostenible para el año 2020, con medidas que deberían haberse aplicado hace varios años, que ya existen en gran medida en otros paises, y que en el 2020 se considerarán como medidas para principiantes. No todas las ideas del Gobierno son malas. El problema es que no tiene visión global, está desconcertado, duda, y carece de liderazgo. O sea, es un mal gobierno.

Tercero. Los pactos de Estado no se logran de la noche a la mañana. Ni tampoco se consiguen únicamente con buena voluntad. Requieren un proceso largo y el resultado final puede ser bueno o malo, espectacular o decepcionante. Pero son útiles, en particular en un país como España que sufre históricamente de esa enfermedad crónica que es la reforma y la contra-reforma, o sea del revanchismo. Lo que tú has hecho yo lo deshago.

Con la economía tan poco productiva que tiene España y tan dependiente del turismo y de la construcción (es decir de que otros vengan a comprarse una casita en la playa), España no puede empezar a salir de la crisis hasta que nuestros vecinos europeos no tengan dinero en su bolsillo para gastárselo en España. Pero como hemos visto en los últimos dias, sólo Francia empieza a salir de la recesión y de manera muy tímida.

Por otro lado, con el nivel de fracaso escolar que en España se coloca en más del 30% duplicando la media europea, España seguirá siendo muy vulnerable a cualquier crisis y durante muchos años. Con estas tasas, la idea de que España pueda tener una economía dinámica no es más que un sueño. ¡Y esto es un escándalo! Permitir este nivel de fracaso escolar es la mayor irresponsabilidad de cualquier gobierno. Y si la tasa se fue reduciendo durante los años 90, empezó a subir de nuevo a partir del 2000 con el PP en el Gobierno.

¿Es necesario el pacto? No siempre. En otros países han sido capaces de salir adelante sin grandes pactos. Pero con la debilidad parlamentaria del actual Gobierno y conociendo la tendencia al revanchismo que tienen PSOE y PP, convendría por el bien de los ciudadanos tener un pacto amplio que abarcase por lo menos los siguientes objetivos:


Una economía diversificada y productiva
La eliminación del fracaso escolar con un plan educativo a largo plazo
La creación de empleo favoreciendo a los autónomos y la creación de pymes

Un plan de independencia energética
Acuerdos para reducir el gasto y el despilfarro en las administraciones públicas
Mecanismos que permitan a la economía adaptarse a situaciones cambiantes en la economía global, flujos de inmigración, cambio climático, etc.



¡Qué tranquilidad nos daría y qué estabilidad tendría el país con un pacto amplio de estas características! Por sentido de Estado, por el bien de los ciudadanos, PP/PSOE, PSOE/PP, deberían buscar ese pacto. Pero ninguno lo desea porque piensan en sus intereses electorales y están dispuestos a dejar que los ciudadanos sigan sufriendo unos años más con tal de no perjudicar sus posibilidades de mantenerse en el poder o de llegar a él. Esto es lo que ocurre cuando la democracia se convierte en un juego corrosivo entre dos máquinas cuya prioridad absoluta es ocupar el poder. Por eso, en Centro Democrático Liberal hemos decidido que nuestra prioridad absoluta debe ser siempre las personas, y en nuestra web hemos publicado nuestro decálogo "Abriendo Camino a las Personas".

Aunque frustrante, es hasta cierto punto comprensible que un político a menudo tenga un ojo puesto en las próximas elecciones, pero hay momentos en la Historia donde el político está llamado a mostrar su sentido de Estado, a dejar de lado cualquier preocupación partidista y a tender puentes para lograr consensos que aseguren un futuro estable para los ciudadanos. Nos encontramos en una cita histórica de esa importancia. Pero ni el Sr Zapatero ni el Sr Rajoy parecen haberse dado cuenta

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