domingo, 19 de septiembre de 2010

CDL ANTE LA REFORMA LABORAL; POR UNA ECONOMÍA COMPETITIVA

Tras meses de trámites parlamentarios, el PSOE ha logrado sacar adelante en el Congreso la llamada Ley de Medidas Urgentes para la Reforma del Mercado de Trabajo, ley tantas veces demandada por el sector empresarial. Pero, como suele ocurrir en estos casos, la ley disgusta a todos y no contenta a casi nadie. Los sindicatos denuncian que reduce los derechos de los trabajadores, los empresarios y el PP que se queda corta, y otros grupos minoritarios que se trata de otra oportunidad pérdida.
Lo grave de esta situación es que probablemente todos tienen razón; la reforma llega tarde y está condenada al fracaso. ¿Por qué? Sencillamente, porque no aborda las verdaderas causas del problema que pretende resolver. Un diagnóstico equivocado conduce a una terapia totalmente errónea. España no tiene un problema coyuntural de paro originado por la reciente crisis económica.
El problema viene de lejos y tiene raíces mucho más profundas. Un sistema educativo obsoleto que no prepara a nuestros jóvenes para el mercado de trabajo, una estructura económica anquilosada que no favorece la creación de empresas, la ausencia de una política que fomente la investigación, el desarrollo y la innovación, y un mercado de trabajo fragmentado con diferentes niveles de estabilidad: funcionarios, trabajadores fijos con altos costes de salida, trabajadores eventuales con costes de salida muy bajos y ciudadanos empleados en la economía sumergida.

Por todo ello, en los últimos decenios, nuestro país siempre ha tenido unos niveles de de desempleo muy superiores a los de los países de nuestro entorno, incluso en épocas de bonanza económica internacional. La crisis sólo ha venido a agravar nuestra situación. Más de cuatro millones de desempleados, cientos de miles de jóvenes sin trabajo o con trabajos precarios, miles de empresas y de autónomos que se dan de baja, altos niveles de economía sumergida e incremento de la temporalidad en los puestos de trabajo.
Ante esta dramática situación, al gobierno socialista tan sólo se le ocurre abaratar el despido de ciertos tipos de contrato y penalizar a los desempleados que no asistan a cursos de formación que en muchos casos resultan de dudosa utilidad. Dicho de forma gráfica, receta aspirinas para curar un cáncer.
Pero todavía estamos a tiempo de enderezar el rumbo. En CDL creemos en la capacidad de los españoles para salir de la crisis. Para ello, se requieren soluciones imaginativas. Es necesario facilitar y fomentar el espíritu emprendedor de nuestros ciudadanos, eliminar barreras a la iniciativa empresarial, desarrollar una economía competitiva invirtiendo en I+D+i en sectores donde nuestro país pueda aportar un valor añadido, y, muy especialmente, diseñar un sistema educativo acorde con las necesidades de nuestro tiempo. La solución a nuestros problemas no es pues regular el despido, la solución es canalizar, fomentar e incentivar todas las potencialidades de nuestra nación.

No hay comentarios: